Desde 1430 se sabe de la existencia de una iglesia dedicada al apóstol san Bartolomé en Petrer. A él se le hicieron fiestas al menos desde 1616 y era considerado el patrón de facto del pueblo por los escasos pobladores cristianos, aunque no se ha conservado ningún voto de patronazgo en su nombre.
Tras la expulsión de los moriscos en 1609, Petrer quedó casi vacío, siendo repoblado principalmente por inmigrantes de la Foia de Castalla. El 28 de junio de 1614 se firmó el primer voto de patronazgo registrado en Petrer y hecho a san Bonifacio, mártir, implorándole protección contra las tormentas y el granizo. Desde entonces, Petrer tiene a san Bonifacio como patrón, construyéndole una ermita en el año 1634.
Cuenta la leyenda que el 7 de octubre de 1630 se encontró tras una pared de la sacristía de la antigua iglesia de san Bartolomé la imagen de la Virgen del Remedio, escondida desde las revueltas moriscas del siglo anterior. Desde entonces, se le han hecho grandes festejos a la principal devoción mariana de los petrerenses, la querida marideu.
La otra gran devoción petrerense a principios del siglo XIX era el Santísimo Crsito de la Sangre o Cristo del Monte Calvario, con ermita propia desde 1674.